sábado, 17 de agosto de 2013

TODO ES PRODUCTO DE TU COMUNICACIÓN



Está presente en nuestras relaciones, en las actividades que día a día realizamos, en nuestras acciones y reacciones pero ¿sabes que es la comunicación?

Se le conoce como comunicación al proceso en el que dos entidades comparten un mensaje a través de un canal y en el cual, el código es el encargado de poner en común la información enviada a través de distintos recursos utilizados, el emisor será el agente responsable de comunicar y el receptor será aquel que reciba el comunicado y reaccione ante este.

Esto quiere decir que dentro de este procedimiento se necesita de al menos dos participantes: el que transmite y el que interpreta, cabe recalcar que los participantes no necesariamente deben pertenecer a la misma especie o incluso ser dos seres vivos, es posible entablar una comunicación entre un animal y un humano -por ejemplo- o un objeto y un animal.
Ejemplificando esto podemos decir que Anita introdujo unas palomitas al microondas y está a la espera de que estén listas, de pronto suena el microondas en señal de que el tiempo de espera ha terminado y las palomitas están preparadas para retirarse, Anita sin mayor preámbulo las saca y se las come.  Aquí podemos apreciar claramente los elementos necesarios para que se lleve a cabo el proceso comunicativo, el microondas (emisor) envía a través del sonido (canal) la señal de que las palomitas están listas para ser retiradas (mensaje) y Anita (receptor) reacciona ante este mensaje sacándolas del microondas. El proceso concluyó satisfactoriamente porque el mensaje provocó una reacción ante Anita y no solo se quedó en una información recibida.

Una vez entendido esto podemos percatarnos de la importancia que la comunicación tiene en nuestras vidas, pues ante cualquier mensaje que enviemos recibiremos una reacción, pero ¿será esta la reacción esperada? Es justo este punto en el que me interesa ahondar, pues una mala comunicación es causante de diversos problemas que van desde la separación de un matrimonio hasta la guerra entre dos países o el odio entre dos culturas.

Es imprescindible comprender que lo que decimos no es lo mismo que nuestro receptor entenderá púes el mensaje enviado no es el único factor tomado en cuenta a la hora de decodificar la información, nuestra expresión, tono y modulación de voz e inclusive experiencias pasadas serán implicadas en el proceso de entendimiento. 





Citando a Albert Einstein “Los enemigos más encarnizados de nuestras ideas, son aquellos que no las entienden”, por eso es importante, antes de comunicar algo, estar seguro de lo que se quiere decir y lo que se espera recibir, encontrar las palabras adecuadas, el medio y expresión correctos y una vez que se haya dicho y hecho asegurarse de que el receptor discernió lo mismo que nosotros. Pues una situación -como una mala interpretación de un comunicado- que parece tan inofensiva, a gran escala puede ser causante de grandes conflictos.


¿Qué pasa si yo soy el receptor?


Cuando somos nosotros los encargados de interpretar a nuestro interlocutor es esencial recordar que una parte importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice, detengámonos a sentir y asimilar lo que nos están expresando más allá de las palabras, esperar a entender el mensaje y preguntar ante alguna duda es más valioso que apresurarnos a sacar falsas conclusiones y responder inmediatamente para evitar silencios incómodos.




Por otro lado, actualmente vivimos en una sociedad estereotipada, los medios de comunicación nos dictaminan lo que debemos hacer, como lo debemos hacer, que debemos vestir y que debemos comprar, su comunicación no es verbal sino visual, no se discuten ideas sino cánones, Coca-cola, Apple y Prada  son el idioma universal, las personas que ven televisión reciben información sobre moda, peinados, ropa, comida, decodifican arquetipos y reaccionan ante ellos, seamos receptores reflexivos y emisores responsables, conservemos a la comunicación como medio de expresión de ideas, valioso legado que nuestros antepasados obsequiaron y nosotros nos estamos encargando de deteriorar. 




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